Hoy en día es posible crear ondas perfectas en el cabello, y es que las ondas surferas ya no solo están de moda en verano. Llevar el pelo rizado es genial, pero, tanto si quieres crear un look único con desenfadadas ondas despeinadas como si prefieres aportar volumen y elasticidad a tu cabello con los clásicos rizos, por desgracia los rizos artificiales no duran mucho tiempo. En el peor de los casos, se caerán unos minutos después de hacértelos y tendrás una gran decepción. La buena noticia es que cuando mejor se mantienen los rizos es si tienes el pelo ligeramente ondulado de forma natural, y muchas personas lo tienen así sin saberlo. Reconocerás las ondas naturales porque tu pelo se ondula ligeramente cuando lo dejas secar al aire, y también porque tiene tendencia al encrespamiento. Sin embargo, si tu pelo es realmente liso, con un par de trucos y consejos podrás transformarlo en una melena de rizos duraderos.
Como el peinado de rizos perfecto comienza ya desde el lavado, hemos resumido todo el proceso en un tutorial de rizos. Hace referencia a la variante más popular: los clásicos rizos hechos con rizador:
Paso 1: lávate el pelo el día de antes
El pelo recién lavado y secado suele estar casi siempre suave y liso, su cutícula está cerrada. Esto puede hacer que los rizos no aguanten mucho, porque cuanto más áspera esté la cutícula, más tiempo durarán. El momento perfecto: lávate el pelo por la noche y hazte los rizos a la mañana siguiente. Para el lavado, utiliza un champú especial para pelo rizado, que potenciará la firmeza del cabello..
Paso 2: no uses acondicionador ni productos similares
¿Te gusta usar acondicionadores, mascarillas y tratamientos muy nutritivos para que tu pelo esté suave y sedoso? Suena genial, pero para los rizos es contraproducente, ya que estos productos pueden contener silicona o aceites que pueden resultar demasiado pesados para tus rizos. ¿Tienes el pelo muy seco y te resulta difícil peinarte sin usar acondicionador? Entonces usa cepillos Detangler y, en los productos de peinado que uses a continuación, apuesta por texturas con efecto nutritivo.
Paso 3: el protector térmico es indispensable
Después de lavártelo, envuélvete el pelo unos minutos en una toalla turbante hasta que se quede solo húmedo. A continuación, aplica un protector térmico y péinate bien para que el producto se distribuya de forma homogénea. Este paso de protección es importantísimo, porque al darle forma a tu pelo con el rizador o la plancha tiene que soportar temperaturas récord de hasta 200 ºC.
Paso 4: usa tu producto de peinado
Ahora, con el pelo aún húmedo, según su estructura, es el turno del producto de peinado para rizos. Este producto hace que el pelo tenga más cuerpo para el peinado posterior y le aporta elasticidad. Si tienes el pelo grueso, puedes utilizar un poquito de espuma fijadora o crema de peinado. El pelo fino tolera mejor los productos con un mayor contenido en agua, porque no engrasan las raíces tan rápidamente. Para estos casos resulta ideal una espuma para rizos o una loción para secador. Introduce el producto que elijas y péinate de nuevo muy bien. Utiliza los productos de peinado con moderación para que tu pelo se mantenga ligero y se pueda mover bien. Cuanto más fino sea tu cabello, más fácilmente puede quedar tieso y pegajoso.
Un consejo: ¿te parece demasiado usar un protector térmico y además un producto de peinado? Entonces puedes usar un producto multiusos que combine la función de protección térmica con las propiedades para el peinado.
Paso 5: déjate secar el pelo al aire
Al secarlo con el secador, la cutícula del cabello se cierra y lo deja liso y brillante. Como hemos mencionado antes, para que tus rizos duren, necesitas que la cutícula esté ligeramente áspera. Por eso, después de lavarlo, deja secar el pelo al aire.
Paso 6: prepara tu cabello para el rizador
Peina el pelo seco muy bien para que no quede ningún enredo, ya que justamente es ahí donde se puede romper fácilmente con el efecto del calor. A continuación, divide el cabello horizontalmente en dos mitades y sujeta la mitad superior en la parte de arriba de la cabeza.
Paso 7: hazte tus rizos
Para que el calor del rizador llegue a todo el pelo, los mechones no deben ser demasiado gruesos. Por regla general, cada mechón que enrolles debe tener aproximadamente un centímetro de grosor y un centímetro de anchura, y debes calentarlo diez segundos como máximo. Cuanto más ligero sea el rizo, más durará. Rápidamente descubrirás con qué grosor de mechón y con cuánto tiempo quedan más bonitos los rizos en tu cabello.
Una vez que hayas formado el rizo, tienes que enrollarlo en sí mismo y dejar que se enfríe para que mantenga su forma. También lo puedes dejar secar en la mano, pero tarda unos 30 segundos por rizo. Es más fácil si te sujetas el rizo a la cabeza con una pinza o una horquilla. De esta forma puedes seguir con el siguiente mechón sin destruir el rizo anterior. Dejar que se enfríen los rizos es un paso extremadamente importante para que duren más. Cuando termines la parte de abajo, es el turno de la parte superior.
Un consejo: los rizos que enmarcan la cara son los que consiguen un mayor efecto óptico. Lo más fácil es que les des forma apartándolos de la cara, para que no se te vengan constantemente a los ojos. Y además, el look quedará muy moderno.
Paso 8: suelta los rizos
Cuando pasen unos 30 minutos, puedes quitarte las pinzas y soltar los rizos con cuidado. Péinalos suavemente con los dedos o con un peine de púas anchas. También puedes llevar todo el pelo hacia delante por encima de la cabeza, y sacudirlo suavemente con la mano. Bajo ningún concepto debes cepillar tus rizos, porque les quitarías su preciosa definición. Dales forma con los dedos como más te guste.
Paso 9: fija tus rizos
La laca puede cargar el cabello y tirar de los rizos recién hechos hacia abajo. En lugar de ella, usa un spray texturizante, que aporta cuerpo a los rizos y hace que duren más. En este caso también debes procurar no usar demasiado producto. Si no puedes pasar sin laca, utilízala con prudencia, pulverízala a suficiente distancia y solo desde abajo en tus rizos.
