Frescas, sutiles, con aroma a limpieza: las fragancias acuáticas –también llamadas oceánicas u ozónicas– están construidas principalmente alrededor del Calone, una esencia sintética que aporta una nota marina.
Una composición que contenga ricas notas amaderadas en el corazón del perfume suele acentuarse con más notas de madera en el fondo. El sándalo (cálido y misterioso), el cedro (más seco y brusco) y el vetiver, junto a otros tipos de madera exótica y balsámica, se acompañan por lo general de notas cítricas y aromáticas.
Las notas aromáticas suelen ser mezclas de salvia, romero, comino, lavanda y otras plantas con un intensísimo aroma a hierba y a especias. A menudo se combinan con notas cítricas y especiadas. Las composiciones aromáticas son frecuentes en las fragancias para hombre.
El nombre de este grupo olfativo proviene de la fragancia Coty Chipre, creada en 1917. Su agudo aroma está basado en la armonía entre el musgo de roble, el labdanum, el pachuli y la bergamota.
Las fragancias cítricas, antiguas y abundantes, son composiciones basadas en el limón, la bergamota, el pomelo o la mandarina, entre otros cítricos, que se suman a notas aromáticas y ácidas en el caso de las fragancias masculinas y a notas florales en el caso de los perfumes para mujer.
Este amplio grupo olfativo abarca multitud de composiciones de corazón floral: flor recién cortada, flores con acordes acuáticos, verdes o apolvados, además de las variedades floral-afrutada, floral-dulce y floral con aldehídos.
El grupo olfativo frutal presenta notas de las más diversas frutas, como melocotones, fresas, piñas, melón, sandía, naranjas, o sea, todas las frutas que tienen su aroma característico en la pulpa. Las fragancias de este grupo olfativo se reconocen por ser muy alegres y vibrantes, y por esta razón se encuentran más en los perfumes femeninos joviales.
Las fragancias orientales, con el ámbar como nota dominante, forman un grupo específico gracias a su gran calidez y a su sensualidad. Son ricas composiciones que incluyen sustancias embriagadoras e intensas como el almizcle, la vainilla, resinas y maderas inusuales, a menudo acompañadas de especias y flores exóticas.
Las fragancias de este grupo olfativo desprenden un inconfundible aroma a hojas tiernas y hierba recién cortada, al que en ocasiones se suman el de té verde y de frutas sin madurar. La nota verde infunde frescor y optimismo, evoca lo natural, lo libre y lo juvenil.
